Cuando un visitante llega a esta ciudad, tanto si ha accedido a un alquiler de un piso por meses en Barcelona como si se trata de una visita de corta duración, se ve envuelto en una atmósfera tan maravillosa que a veces le impide apreciar todos los tesoros que esconde la Ciudad Condal. El Pabellón Alemán de Mies van der Rohe es una de esas pequeñas joyas que hay que buscar, ya que no se encuentran a la vista inmediata del visitante. Su historia es la historia de los miles de pabellones erigidos durante las exposiciones universales: pensados como expositores temporales, en 1929 pretendía acaparar la atención con un nuevo lenguaje arquitectónico, muestra de las vanguardias de su tiempo. Sin embargo, su tamaño y contención distan mucho del exhibicionismo de la arquitectura actual. Hoy en este artículo de ShBarcelona hablamos del Pabellón alemán en Barcelona.
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El pabellón de Alemania, una de las joyas de la expo de 1929
Las máximas de Mies “menos es más” y “Dios está en los detalles” quedan plasmadas en esta pequeña joya de vida convulsa. Después de la exposición universal, fue desmantelado y vendido por partes. Una iniciativa del Ayuntamiento de Barcelona permitió su reconstrucción, iniciada en 1983. En el vídeo del Pabellón de Alemania se puede observar la grandeza de los pequeños detalles, fielmente mantenidos en la reconstrucción finalizada en 1986. Los espacios fluyen sin límites en esta pequeña obra, con mínimos pilares de acero sustentando una cubierta continua y la decoración del lugar sostenida únicamente por la desnuda simetría geométrica de los bloques de mármol, travertino y ónice. Menos es más, porque todo lo dicen los materiales y los espacios, sin necesidad de ornamentos superfluos que distraigan la mirada.
En el pabellón se plasman por primera vez las ideas del Neoplasticismo. Es un espacio sin puertas, sin marcos o ventanas. La riqueza de los materiales, alternando paños opacos con planos acristalados, provoca el fluir del interior con el exterior, la continuidad de un espacio con el siguiente. No hay saltos ni diferencia de alturas que interrumpan o pongan en duda la sensación de unicidad a medida que avanzamos. Si tienes la suerte de disfrutar de pisos de alquiler en temporada en Barcelona, podrás realizar varias visitas al pabellón, para sentirlo en toda su intensidad. En la fundación Mies van der Rohe se puede encontrar toda la información relativa al pabellón original, el proceso de reconstrucción y cómo llegar. No pierdas la oportunidad que te brinda tu alquiler de un piso por meses en Barcelona para comprender mejor los orígenes de la arquitectura actual y disfrutar de unas horas en este maravilloso pabellón que llama a la introspección pausada y al disfrute tranquilo de un espacio sin igual.
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Barcelona bien merece una visita larga. Con los pisos de alquiler por temporada en Barcelona podrás disfrutar de esta maravilla, imprescindible para comprender la arquitectura del siglo XX, a la vez que te empapas del ambiente de una ciudad que ha sabido apreciar y conservar su legado arquitectónico a través de los tiempos.
*Foto de jacme31 vía Visualhunt
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