La Plaza Real de Barcelona

Las plazas son los núcleos sociales de una ciudad. Es donde la gente queda con sus seres queridos, conversa y ríe mientras desayunan, almuerzan o cenan. Los niños corren, juegan y hacen amigos. Cada plaza es el corazón del barrio en el que se encuentra. Y la Plaza Real es uno de los corazones más destacados de toda Barcelona. La Plaza Real tiene todo aquello por lo que una plaza se caracteriza: risas, bullicio, restaurantes, lugares de ocio, gente, niños jugando, etc. En ShBarcelona te contamos su historia, tanto si no la conocías, como si eres un miembro habitual.

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Historia de la Plaza Real

Es obra del arquitecto Daniel Molina, y su construcción data del siglo XIX, concretamente del año 1848. Además, las preciosas farolas de la plaza fueron realizadas nada menos que por el maestro Antoni Gaudí. Se trata de uno de sus primeros trabajos, y data del año 1879. En aquel momento, Gaudí acababa de titularse como arquitecto y de colaborar como delineante con Josep Fontseré en el diseño de la reja de entrada del Parque de la Ciudadela. Este fue el motivo por el que recibió el encargo de diseñar el alumbrado público. La Plaza Real surge como consecuencia de la desamortización eclesiástica de Mendizábal en el año 1835. El convento de los Caputxins (Capuchinos) fue derribado por aquel entonces, y comenzaron a plantearse diversos proyectos, entre los que destacaban un teatro o unas galerías vidriadas. Finalmente, el destino que se decidió para el lugar fue la construcción de la Plaza Real. Se trata de una plaza cerrada, una de las pocas de la Ciudad Condal. A su alrededor, los edificios componen un conjunto uniforme con la planta baja. Las fachadas se encuentran decoradas con motivos de terracota helenizantes, bustos de navegantes, exploradores americanos y escudos cargados por infantes indios.

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Cómo llegar a la Plaza Real