La Castanyada: el halloween catalán

Quedan ya pocas semanitas para que llegue Halloween y si vienes de ciudad pequeña donde la noche de los muertos vivientes pasa inadvertida, ya te podemos asegurar que en Barcelona hay pocos bares y discotecas que no hagan un especial de esta fiesta americana, por lo que si te apetece disfrazarte de bruja o vampiro y dejar las preocupaciones a un lado, aprovecha. Dos discotecas que podríamos destacar por sus enormes fiestas de Halloween serían el Shoko, que se encuentra en el Paseo Marítimo de La Barceloneta, y la Sala Monasterio, en Passeig Isabel II, 4. Pero en Barna hay otras formas de celebrar la víspera y el día de Todos Los Santos: La Castanyada.

Es una fiesta tradicional que en realidad no sólo se celebra en Cataluña sino en muchas zonas del norte de España. Castanyada no es otra cosa que la castañada que muchos conoceréis. La noche y el día de las castañas, las cuales se empiezan a vender por las calles de octubre a febrero. Así, en Barcelona es algo común celebrar ese homenaje a los difuntos comiendo castañas, boniatos y panellets, pequeñitas bolas de almendra con coco, chocolate, limón u otros sabores, que se acompañan con moscatell, vino dulce. Normalmente éstos se toman como postre después de cenar con la familia o amigos y en la comida de Todos Los Santos del 1 de noviembre.

Pero esta tradición tiene un origen. Se suele decir que en la Cataluña del siglo XIX era costumbre conmemorar a los fallecidos católicos haciendo sonar las campanas de las iglesias durante toda la noche de los difuntos, y para no desfallecer en la ardua tarea, contaban con la ayuda de vecinos y con la ingesta de castañas y otros frutos secos típicos de la zona.

Hoy en día se sigue recordando el día con la figura de la castañera, una mujer mayor sentada en la calle vendiendo castañas en un rincón. Incluso en algunas zonas de Barcelona, en el día de Todos Los Santos se suele rendir una especie de homenaje a esta tradición, como en el Poble Espanyol, donde el primer día de noviembre se hace un pasacalles con los Gigantes del barrio y la castañera. Además, también en esa cita se ofrecen a los más peques talleres donde se les enseña a realizar panellets de 10 de la mañana a una del mediodía, con entrada gratuita para familias numerosas y de un euro para el público general.

Por otro lado, si prefieres pasar la noche de Halloween de una manera más especial, Portaventura lleva desde hace años organizando un especial de terror en el parque de atracciones que no tiene desperdicio. Eso sí, este plan ya se eleva un poco de precio, porque con hotel cuesta unos 61 euros, pero una vez al año no hace daño, ¿no?

Como podéis ver no está para nada reñido el Halloween americano con el catalán. Se puede salir y disfrazarse sin tener que dejar de lado la famosa castanyada. Es más, si tenéis en casa un buen surtido de ellas y panellets, seguro que triunfáis con vuestros amigos.